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Nos atrevemos con el test de otro modelo de la marca internacional Amazfit. Si hace unas semanas probábamos con su reloj más aventurero, y también el más alto de gama, el Amazfit T-Rex 3, ahora lo hacemos con el Amazfit Balance, un smartwatch que, en primera instancia, nos llega como un modelo diseñado para un uso más urbano. No obstante, y como veremos, el Amazfit Balance ofrece diversas opciones muy “montañeras”, ya que cuenta con GPS, brújula, altímetro y barómetro. Importante destacar que utiliza su sistema operativo propio, el Zepp OS 4.0, que ya pudimos probar en su hermano mayor y que en su momento destacamos por todas esas características impulsadas por inteligencia artificial (IA), así como por sus opciones de suscripción.
Antes de analizar este modelo a fondo, creemos necesario presentar sus especificaciones técnicas más relevantes:
Duración de la batería
En primer lugar hablaremos de la duración de la batería, una característica cada vez más importante dado el alto consumo de las diferentes aplicación que incluyen a día de hoy los smartwatches.
Como es evidente, la autonomía varía según el uso. Por ejemplo, una hora de carrera con GPS consume aproximadamente un 6% de batería. Eso sí, la batería ofrece una durabilidad excelente, superando cómodamente los 7 días de uso intensivo (con GPS y notificaciones activas). Con ajustes limitados (como desactivar funciones inteligentes) se puede superar las 2 semanas tranquilamente, sin embargo, usando la pantalla Always-On, la duración máxima está en torno a los 5 días. El tiempo de carga es razonablemente bueno, con menos de dos horas para alcanzar el 100%.
Diseño y construcción
Empezaremos el análisis por la correa, ya que el Amazfit Balance cuenta con varios tipos. En este caso el modelo probado nos llega con el cuerpo en gris y una correa deportiva de nailon que, personalmente, prefiero frente a la clásica de silicona. Es mas cómoda y menos rígida, aunque es cierto que al nadar obviamente absorbe el agua.
El Amazfit Balance no cuenta con una certificación oficial IP, pero Amazfit asegura que es resistente al agua hasta 5 ATM, por lo que se puede perfectamente usar para deportes acuáticos.
Por otro lado, cuenta con una pantalla AMOLED de 480x480 píxeles, bastante grande como hemos referido con anterioridad, y excepcionalmente nítida, brillante y legible, incluso bajo luz solar. Los colores son vivos y los contrastes excelentes gracias a la tecnología OLED. Cuenta con una velocidad de respuesta razonable y las animaciones son fluidas, lo que proporciona una experiencia interactiva satisfactoria. El manejo táctil está muy logrado y. Además. es muy rápido. Presenta una pantalla muy cómoda e intuitiva. No podemos olvidar que la pantalla es reversible, lo que es muy útil para personas zurdas.
También nos ha gustado mucho que, gracias al micrófono y altavoz integrados, se pueden usar comandos de voz mediante Zepp Flow o Alexa.
El Amazfit Balance es un modelo que destaca por su diseño sencillo, elegante y versátil. Su cuerpo es de aluminio pulido con la carcasa inferior de polímero reforzado, lo que le da un toque sofisticado, así como su formato circular que le permite adaptarse tanto a atuendos informales como formales. A mi, personalmente, el diseño clásico me parece muy atractivo. Un detalle a considerar es que solo está disponible en un tamaño, 46 mm, lo cual puede resultar algo grande para muñecas más pequeñas como las femeninas.
Funciones
Algunas de las características más destacables que ofrece el Amazfit Balance son:
Por otro lado, en nuestro caso hemos utilizado el asistente virtual para los planes de entrenamiento y nos ha parecido muy útil y fácil de configurar. Podemos plantear a la IA un entrenamiento para, por ejemplo, una media maratón y ella nos desarrollará el plan de entrenamiento y el seguimiento del mismo. Un “puntazo” si como yo eres nacido en los 70…
Al igual que con el Amazfit T-Rex 3, el Amazfit Balance ofrece dos suscripciones opcionales:
Aplicación Zepp
La “App” de Zepp compatible con el reloj permite un seguimiento exhaustivo del sueño y las actividades deportivas. Su interfaz, como ya pudimos comprobar con el Amazfit T-Rex 3, es muy completa y con una gran cantidad de datos que puede llegar a resultar incluso abrumadora para algunos usuarios. A nosotros nos gusta mucho, aunque, como decimos, puede haber a quien le pueda parecer excesiva y confusa. No es nuestro caso.
El sistema operativo usado es el Zepp OS 4. Todo ello vinculado a la aplicación Zepp de la marca que descargaremos en el móvil y en la que podremos manejar y ver todas las métricas y resultados de nuestras actividades de una forma muy intuitiva y clara. Repetimos, nos ha gustado mucho, más que la de otras marcas de la competencia que nos resultaron más complejas y menos intuitivas.
En la aplicación también podremos registrarnos con otras herramientas como Facebook o Google y, una vez realizado, nos pedirá los clásicos datos biométricos y de forma física para poder realizar las mediciones de forma correcta.
En el sistema (reloj+aplicación), como llevamos comprobando desde hace más de mes, nos encontramos multitud de opciones, desde poder realizar pagos, distintas configuraciones para seguimiento de salud, localizar el reloj, notificaciones de mensajería, casi infinitos tipos de esferas configurables, seguimiento del sueño, entrenamientos planificados, etc.
Al igual que el Amazfit T-Rex 3, este modelo es compatible con numerosos dispositivos, desde bandas de frecuencia cardíaca, a potenciómetros para la bicicleta o velocímetros. Una panoplia muy completa que hacen del Amazfit Balance una herramienta extremadamente útil durante nuestros entrenamientos, sean del tipo que sean.
Interfaz y funciones deportivas completas
El sistema operativo es sencillo y fácil de navegar. Desde la pantalla principal puedes acceder a todo el sistema de manejo del reloj, desde los controles generales, a las notificaciones o accesos rápidos.
En el ámbito deportivo, el reloj incluye 156 tipos de actividades para registrar, desde correr, hasta deportes menos convencionales como el yoga, saltar a la comba o el ajedrez. Los sensores como el de frecuencia cardíaca, y como ya hemos comentado con anterioridad, son muy precisos. En nuestro caso hemos utilizado el reloj en distintas actividades que han ido desde entrenamientos de fuerza en el gimnasio, a carrera o entrenamiento en el rocódromo, y han funcionado a la perfección, ofreciéndonos siempre datos exactos y de forma inmediata. Lo cierto es que la información que aporta en cada uno de los modos deportivos es sencillamente excelente. Nos da una visión clara del entrenamiento, los resultados y su evolución de forma instantánea. No solamente en las actividades clásicas como correr, en las que quizás está mucho más optimizada en casi todos los dispositivos existentes, si no también en la parte de entrenamiento de fuerza, por ejemplo, dónde nos marca perfectamente otros datos como las repeticiones realizadas, el tiempos de descanso, etc. Cuando lo hemos usado en el rocódromo, para hacer senderismo o simplemente en actividades de montaña, el resultado ha sido siempre óptimo.
Como vemos, el Amazfit Balance es un muy buen smartwatch que destaca por ser muy polivalente y que podremos llevar en nuestro día a día y utilizarlo tanto para salir al monte como para entrenar en el gimnasio o el rocódromo. No es tan especifico como el Amazfit T-Rex 3, que está absolutamente orientado a actividades outdoor, pero su ligereza, facilidad de manejo y polivalencia hacen de él un reloj “para todo” que te garantiza muy buenos resultados. Su pantalla táctil AMOLED nos ha enamorado. Así como la gran cantidad de funciones de salud y deporte con las que cuenta y que, unido a su buena capacidad de navegación gracias a un GPS muy exacto y rápido, capacidad de cargar mapas y un barómetro altímetro y brújula, hacen de él una excelente opción, y económica, de contar con un fantástico complemento deportivo y de navegación en nuestra muñeca.
Por otra parte, la aplicación, como hemos dicho con anterioridad, puede ser un poco liosa para algunos usuarios, pero a nosotros nos ha parecido todo lo contrario. En definitiva, el Amazfit Balance es un reloj excelente en su segmento y precio, polivalente y muy útil, que nos ha gustado mucho.
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Ordenamos de peor a mejor, según nuestro criterio, las 50 series españolas que se han estrenado a lo largo de 2024. Medio centenar de propuestas para todos los gustos que resumen otro año cargado de trabajo para nuestra industria audiovisual
Ranking 2023 - De la 43 a la 1: nuestro ranking de las series españolas que se han estrenado en 2023
Ranking 2022 - De la 42 a la 1: nuestro ranking de las series españolas que se han estrenado en 2022
La recién estrenada Santuario (Atresplayer) ha puesto el punto final a otro año lleno de series españolas. 2024 ha seguido el camino marcado por los anteriores y también nos ha ofrecido un amplio abanico de propuestas y géneros dentro de nuestra industria. Hemos tenido dramas, comedias, thrillers, biopics, ficciones futuristas, ficciones de época, producciones con mucha carga social y otras que han apostado por el puro entretenimiento. En definitiva, otra gran prueba de que la industria española ha perdido miedo y ha ganado medios para hacer realidad toda clase de historias.
Muchas de ellas volvieron en 2024 y seguirán escribiendo nuevos capítulos en 2025 -Machos alfa y La que se avecina-, mientras que otras dijeron adiós dentro de los últimos doce meses -Élite, Operación Marea Negra, Rapa, HIT, Entrevías, Amar es para siempre-. Sin embargo, aquí no vamos a centrarnos en unas o en otras, sino en las series de nueva creación.
Siguiendo la estela de 2020, 2021, 2022 y 2023, pasamos a cerrar este lustro analizando ficciones nacionales haciendo lo mismo que hicimos en todos y cada uno de aquellos años: ordenar de peor a mejor, según el criterio de los dos redactores firmantes de este artículo, todas las series españolas que han estrenado su primera y/o única temporada entre el 1 de enero y el 31 de diciembre.
La lista asciende a 50 series, y en ella hay muchos títulos inolvidables y muchos más que nos encantaría olvidar. Porque sí, lo reconocemos: pese a la experiencia de años anteriores, completar la lista ha sido más duro que nunca. Afortunadamente, nuestra paciencia se vio recompensada con una gloriosa recta final de año que ha terminado por convertir la hornada de 2024 en una mucho mejor de lo que apuntaba a ser en un principio. Una hornada que nos ha dejado mucho relleno, sí, pero también alguna de las mejores series que ha dado nuestro país en mucho tiempo.
Por cuestiones de tiempo y practicidad, no forman parte de nuestro ranking ni las series diarias ni las series autonómicas, pero esto no significa que no merezcan una mención especial dentro de nuestro artículo. La merecen, y especialmente este año, que tan importante ha sido para unas y otras.
En lo que atañe a las series diarias, este año toca poner en valor el estreno de tres nuevas. La primera, Sueños de libertad (Antena 3), cogió el relevo en febrero de la veterísima Amar es para siempre, y desde entonces es la ficción más vista de la televisión lineal. La segunda, Valle Salvaje (TVE), no está yendo tan bien en audiencias, pero su estreno en septiembre vino acompañado de un acuerdo pionero con Netflix para ser la “primera serie global” de la plataforma en países de habla hispana. Y la tercera, Regreso a Las Sabinas, fue un paso más allá en octubre al convertirse en la primera ficción diaria hecha para una plataforma. Y no una plataforma cualquiera, sino nada menos que Disney+.
Con respecto a las series autonómicas, 2024 ha sido el año de nacimiento y consolidación de algunas de las plataformas que las acogen a nivel regional. La gallega AGalega, por ejemplo, nació en enero y la comedia Na Gloria, protagonizada por Dani Rovira y Cristina Castaño, es su primera serie original. Y Primeran, la OTT de EiTB, ha vivido su primer año completo (arrancó en septiembre de 2023) con el estreno de series como Itsatsita y su continuación, Itsatsita Berriz, esta última encabezada por Jon Plazaola y Leire Martínez, excantante de La oreja de Van Gogh.
Eso sí, un año más, la autonómica que más ficción ha producido ha sido la catalana 3Cat, que en 2024 ha ampliado su catálogo con series como Asfalt, Vintage y las juveniles Nudes, Les del traster y Joi mai, mai. Además, ha coproducido La Academia (Amazon Prime Video) y el thriller Delta, que estrenó en septiembre la valenciana À Punt. Esta, a su vez, ha formado parte de la producción de La ley del mar y Dieciocho, igual que EiTB de la de Detective Touré. Tres series de TVE que, al igual que La Academia, sí integran nuestro ranking de las 50 series españolas de 2024. Vamos con él.
Que Prime Video comunicase por primera vez la existencia de Atasco directamente con un tráiler y la fecha de estreno ya evidenciaba las expectativas que la plataforma tenía respecto a este proyecto. Y no es por falta de reclamos, ya que en su reparto cuenta con más de 25 nombres importantes de la comedia española, sino porque como serie aporta más bien poco a su catálogo en particular y a la ficción patria en general. Su punto fuerte es que es un producto ligero que no requiere de gran atención en su visionado, ya que reproduce situaciones cómicas ocurridas en un contexto muy concreto. El débil es que está muy lejos de provocar alguna carcajada.
Antonio Resines interpreta a una versión paródica de sí mismo en Serrines, madera de actor, comedia sobre un actor conocido por una serie de nombre cárnico (Los Tocino, y no Los Serrano) que intenta reflotar una carrera en horas bajas. La idea inicial y el juego de palabras del título son lo único reseñable de esta serie en la que Resines hace mucho 'de Resines' y en la que la mayoría de los chistes o no funcionan, o parecen sacados de la época en la que triunfó el protagonista o directamente causan una vergüenza ajena difícil de digerir.
Si alguien nos hubiera dicho a principios de 2024 que la primera gran serie de Álex de la Iglesia para Netflix iba a estar entre lo peor del año, no le hubiésemos creído. Y es que siendo más fans o menos del estilo del cineasta, era indudable que 1992 estaba llamada a ser una de las ficciones más destacadas de esta hornada tanto por su cartel como por su interesante premisa. Sin embargo, su planteamiento de convertir al mítico Curro de la Expo’92 en el villano de una historia con inspiración real acaba por ser lo único positivo de una producción llamativamente fallida a todos los niveles, incluso en cuestiones que nadie espera en un proyecto de una de las plataformas más grandes del planeta. Por desgracia, los muchos errores de raccord, las incongruencias climáticas, los pobres efectos y la inconsistencia y las casualidades de su guion pesan más que el entretenimiento que aporta, que es un factor que en este ranking solemos tener muy en cuenta para bien.
Esta serie de capítulos autoconclusivos mezcla el terror, la comedia, lo sobrenatural y la crítica social con una propuesta visual que recuerda inevitablemente a las ficciones de serie B. Esto es lo que permite a Hay algo en el bosque diferenciarse del resto de títulos de esta lista, pero también lo que la condena a la parte baja de la misma, pues la sensación de voluntaria 'cutrez' que desprende es difícil de comprar para los espectadores menos acostumbrados a esta clase de propuestas. Además, su emisión en un canal tan de nicho y poco conocido como Dark la convierte, además, en una de las producciones nacionales que más desapercibidas han pasado este año.
Nueva versión del centenario personaje creado por Johnston McCulley, que tan asociado tenemos en nuestro país a la figura de Antonio Banderas por las dos películas que el malagueño protagonizó en Hollywood como el héroe enmascarado. Este año su testigo como Zorro lo ha cogido Miguel Bernardeau, aunque sin tantos medios de producción ni tanto carisma por parte del actor valenciano, que pone cara a una serie que se cree más de lo que es y que se queda corta en casi todos los apartados en los que debería haber destacado para dejar una mínima huella.
Con las series turcas todavía ofreciendo un buen rendimiento en nuestra televisión, Atresmedia se propuso este año rizar el rizo con su propia adaptación en formato serie de La pasión turca, clásico de Antonio Gala que ya tuvo una adaptación al cine con Ana Belén en los 90. Y esta época pasada sin duda favorecía a una historia tan clásica (y tóxica) que, aun vistiéndola con un envoltorio premium en su versión de 2024, nos queda tan lejos que no encuentra la manera de funcionar ante los ojos de los espectadores del siglo XXI.
Hiba Abouk y Belén Rueda protagonizan esta serie inspirada y ambientada en la jet set marbellí de los años 80. Su lujo y sus celebridades nos retrotraen a esa época, pero también algunas de sus tramas, que resultan más propias de décadas pasadas que de nuestro presente. Pero lo peor de Eva y Nicole no es esto, sino la indefinición que muestra desde el principio. No sabe si quiere ser seria o una producción más desvergonzada, y al final le acaba pasando lo peor que le podía pasar: que no te la puedes tomar en serio ni puedes tolerar la vergüenza que da en ciertos momentos. Olvidable, pero difícil de olvidar al mismo tiempo.
Si nos dejamos llevar por el simple cliché, podemos decir que el arte es un mundo rodeado de cierto aura elitista. Y aunque esto no tiene por qué ser siempre así, en el caso de Bellas artes, el cliché es la pura realidad. La gracia de esta comedia supuestamente está en ver cómo su cascarrabias protagonista, el inesperado director de un importante museo de arte madrileño, se enfrenta a artistas cuya obra no comprende mientras lidia con mala baba y cierto ingenio al resto de problemas que le rodean dentro y fuera del trabajo. Sin embargo, gracia, lo que se dice gracia, la serie no hace mucha. En el mejor de los casos causa indiferencia, y en el peor resulta un poco pretenciosa.
El de Cicatriz es un caso de lo más extraño. Juan Gómez-Jurado no participó en su adaptación como sí hizo en la de Reina Roja, y pese a formar parte del mismo universo que ésta, tanto TVE como Amazon Prime Video anunciaron su desarrollo casi de tapadillo. Para más inri, es una coproducción hispano-serbia en la que los personajes hablan más en ruso que en castellano, lo que unido a su imagen gris y sus fríos protagonistas, hacen que parezca más una serie del Este de Europa que una ficción española. Su arrítmico primer episodio tampoco ayuda a engancharse a los siguientes, pero si superas este obstáculo y tienes mucha (mucha) paciencia, poco a poco irás recibiendo como recompensa unas cuantas dosis de acción y violencia que harán menos tedioso el visionado de esta atípica producción. Pero si no lo haces, tampoco te estarás perdiendo nada del otro mundo.
La industria no deja de darnos ejemplos de que adaptar novelas superventas al formato audiovisual no es fácil, y son muchas las veces que la historia se desmorona al verla en una pantalla. Ese es el caso de ¿A qué estás esperando?, adaptación de Atresmedia de una de las bilogías de mayor éxito de Megan Maxwell: una suerte de 50 sombras de Grey a la española que pese a su apuesta por reforzar la comedia con ingredientes típicos de las películas más vistas de nuestra taquilla, no es más que una sucesión de secuencias con tramas repetitivas que parecen ideadas únicamente para separar las muchas escenas de sexo gratuito que tiene la serie.
En 2024 se han estrenado dos series españolas sobre personas que luchan contra su adicción a las drogas. De las dos, Un nuevo amanecer es claramente la que peor funciona. Y eso que parte de una idea interesante: una actriz entra en un centro de rehabilitación público (no tiene dinero para uno privado) tras desmayarse durante la gala de un exitoso talent show. Yolanda Ramos interpreta a esa actriz, pero la catalana no tiene material para demostrar lo graciosa que es interpretando personajes secundarios o no tan principales. Una lástima que la brillantez que ella y José Corbacho (creador de la serie) alcanzaron juntos hace 20 años con Homo Zapping, aquí brille por su ausencia.
Cada año asistimos al caso de algún proyecto que se pone en marcha con unas expectativas de lo más ambiciosas que terminan por sentenciarlo. En este 2024 uno de los ejemplos más claros es el de Operación Barrio Inglés, thriller de época de TVE ambientado en Huelva durante la Segunda Guerra Mundial que se presentó como una ficción diferenciadora y con un nivel de producción “a lo Hollywood”, y que no ha acabado cumpliendo. Bien es cierto que sus intenciones son buenas y su componente histórico es lo más interesante de la serie. Sin embargo, el resultado dista mucho del cartel que se le colgó, y acaba lastrado por un inicio que se desarrolla demasiado lento para las exigencias del espectador televisivo de hoy en día.
Esta producción de Amazon Prime Video cuenta con uno de los planteamientos más originales del año: el fin del mundo está a punto de llegar, pero el día del Apocalipsis no ocurre nada y un hombre que había abandonado a su familia para estar de fiesta los últimos meses de su vida decide volver a casa para recuperar el cariño de su mujer y su hija. Por desgracia, En fin no consigue explotar esta idea tan sugerente y prometedora. Pide a gritos ser divertida, y si bien es cierto que incluye alguna que otra escena surrealista, el humor brilla por su ausencia durante la mayor parte del metraje. De hecho, resulta casi más dramática que cómica. Y, sobre todo, bajonera, porque lo tenía todo para ser un soplo de aire fresco dentro de la comedia de nuestro país y ha acabado siendo, al menos para los aquí firmantes, una gran decepción. Aun así, tiene su público. Cuestión de gustos, ya saben.
Pocos periodistas especializados y críticos de ficción entendimos la decisión de Prime Video de dar una segunda vida a Parot, una serie que pasó sin pena ni gloria por TVE en 2022 y que tampoco tuvo un gran impacto en la plataforma. Sin embargo, su spin-off Perverso, estrenado ya este 2024, sí justifica el esfuerzo por levantar esta producción pese al escepticismo generalizado. Y es que tanto su premisa como su dupla protagonista -Iván Massagué y Jan Cornet- hacen de esta una propuesta más atractiva que, pese a tener un primer capítulo algo lento, se desarrolla de manera más efectiva que su predecesora.
En una industria actual que produce series por encima del ritmo de consumo, el estreno en Antena 3 de una ficción como Una vida menos en Canarias es doblemente sorprendente. Por un lado, por recuperar un género como el procedimental, cada vez menos habitual en nuestra televisión. Y por otro, por hacerlo con una ficción de sólo cinco capítulos, un formato corto para este tipo de producciones que dan servicio a sus cadenas durante largos períodos de tiempo, incluso con reposiciones. Y es precisamente esta rareza lo que le impide dejar huella, puesto que ni deja espacio para cogerle el punto y el cariño necesario a los personajes, ni la resolución forzada de los casos deja el mejor sabor de boca. En esencia, parece más un proyecto 'piloto' de cara a un futuro encargo mayor, sin que este haya llegado por el momento. Su principal virtud es que cumple con su función de entretener.
Esta serie de TVE es la única de la lista que ya era un hito en sí mismo antes incluso de estrenarse. ¿El motivo? Que Detective Touré es la primera serie española protagonizada por un actor negro. El elegido, Malcolm Treviño-Sitté, interpreta a un inmigrante guineano que resuelve casos de toda índole tras convertirse en el inesperado investigador de un barrio de Bilbao. Se agradece la diversidad y los temas sociales que toca la serie, pero esta adaptación de las novelas de Jon Arrexte no termina de tomar un camino claro entre la acción, la comedia y el drama, y esto la deja a medio camino de todo, valga la redundancia. Una apuesta más decidida por uno de estos tres ingredientes le habría venido mejor, pero al menos puede presumir de haber funcionado relativamente bien en audiencias.
Elvira Mínguez ha debutado tras las cámaras escribiendo y dirigiendo esta adaptación de su propia novela, que muestra a lo largo de sus cuatro capítulos la cara más lúgubre y mísera de la España de finales del siglo XIX. En lo que respecta al contexto televisivo, La sombra de la tierra supone uno de los trabajos menos comerciales de la cosecha de 2024. Una miniserie que recuerda a la Libertad de Enrique Urbizu porque, como aquella, no minusvalora al espectador. Por desgracia, cae en el mismo error a la hora de demostrarlo: un tono demasiado denso y tedioso que dificulta su visionado desde el primer episodio. Como suele decirse, café para muy cafeteros.
Si hay una serie que este 2024 ha desafiado la lógica esa es La última noche en Tremor, una de las producciones principales de Netflix y, para quienes elaboran esta lista, también una de las grandes decepciones. Con la firma del escritor superventas Mikel Santiago y del cineasta Oriol Paulo, este thriller psicológico prometía ser una de esas obras de suspense que juegan con nuestra mente y dejan un poso especial. Sin embargo, su apuesta por recuperar la duración de 70 minutos por episodio, más propia del modelo televisivo tradicional que del que han ido imponiendo las plataformas, lastra una historia que pese a ser absorbente y tener una premisa de lo más potente, se presenta de manera excesivamente lenta, larga y repetitiva. Nota: Si este artículo estuviese en formato podcast, este párrafo se leería susurrado.
Con OT 2023 elevando a Prime Video en el top de las plataformas en España a nivel de entretenimiento en el último año, se aguardaba la llegada de Reina Roja como ese proyecto de ficción que marcase un antes y un después en la trayectoria del streamer en nuestro país. Sin embargo, el buen cartel del best-seller de Juan Gómez Jurado y la elección de dos protagonistas de renombre como Victoria Luengo y Hovik Keuchkerian no ha sido suficientes para elevar el fenómeno literario. Siendo generosos, ha acabado siendo una adaptación que cumple con los lectores que esperaban ver en pantalla a los personajes que les cautivaron en la novela, pero que no fluye en el lenguaje audiovisual y claudica en su intento de ser una serie memorable.
Retratar a la generación Z en ficción con un tono realista y sin paternalismos no es tarea fácil, teniendo en cuenta que quienes levantan los proyectos y escriben los guiones no necesariamente tienen ejemplos en casa. Sin embargo, si algo podemos elogiar los aquí firmantes -millennials a los que nos ya pilla algo lejos- es que Red Flags sí consigue reflejar las prioridades y problemáticas de los centennials: desde sus relaciones a través de los móviles y las redes sociales, a su entrada al mundo de la noche. Todo, sin ocultar la parte más cruda de la toxicidad, el contacto con las sustancias o los trastornos alimenticios. Podría decirse que de las obras generacionales de Atresplayer, es la que más y mejor se aproxima a la gen Z, aunque eso la aleje de otros públicos.
La última serie española estrenada en 2024 es esta ficción distópica que recuerda en su planteamiento a El cuento de la criada y de la que hay que decir, para ser justos, que solo hemos tenido acceso a sus tres primeros episodios. Sin saber cómo sigue, hemos otorgado el puesto 30 de nuestro ranking a Santuario porque su historia, ambientada en un inquietante centro para mujeres embarazadas en un mundo postapocalíptico, tampoco nos ha dicho gran cosa dentro de los clichés del género. Además, sus personajes son difíciles de soportar al principio, aunque al menos sabe utilizar lo suficientemente bien sus misterios como para despertar interés en seguir viéndola.
Como ya ha pasado con otras producciones de Atresplayer, Beguinas es un híbrido entre una ficción 'premium' y una ficción en abierto. Un producto competente en casi todo, pero que no marca las diferencias en casi nada, lo que la deja en un punto tan intermedio como el que ocupa en esta lista. Sus pobres audiencias en Antena 3 la distancian aún más de La cocinera de Castamar, serie que jugaba a lo mismo que ella, pero con un resultado mucho más redondo que Atresmedia no ha conseguido replicar en esta ocasión.
Netflix ha estrenado este año dos series españolas ambientadas en el mundo del narcotráfico. De las dos, Mano de hierro es la que obtiene un peor puesto en nuestra lista por resultar demasiado estándar. La serie encabezada por Eduard Fernández se sale poco de los márgenes de este subgénero, lo que provoca que parezca ya vista al margen del poco explotado personaje que le da nombre, el ingrediente más diferencial de la propuesta. También juega en su contra su exceso de relleno, aunque en el fondo hay una historia y unos personajes que cumplen lo suficientemente bien como para que este thriller merezca estar en un punto intermedio entre la parte alta y la parte baja de nuestro ranking.
A juzgar por el top-10 final, podemos decir que este 2024 ha sido un muy buen año para el drama, pero flojo para la comedia en contexto nacional. Y no sólo en número de proyectos, sino también en un resultado que ha cuajado de manera dispar entre los espectadores. Buen ejemplo de ello es Muertos SL, nueva ficción de los hermanos Caballero tras La que se avecina y Machos Alfa que ha hecho reír al 50% de los firmantes de este ranking, y ha pasado sin pena ni gloria para la otra mitad. Lo que parece indiscutible es que desafiar al tabú de la muerte en clave de humor es siempre arriesgado, y que Carlos Areces firma aquí uno de sus papeles más redondos. Además, siempre es de agradecer que la factoría del dúo de creadores se amplíe más allá de Contubernio 49.
Entre las series españolas con reivindicaciones feministas que se han estrenado este 2024, que por suerte han sido varias, tiene un hueco especial Las Pelotaris 1926. Y no sólo la particularidad de su lanzamiento, pues pudo verse antes (marzo de 2023) fuera de España que aquí, donde ha llegado vía SkyShowtime en julio de este año, sino también por su trama y mensaje. En su caso, se sirve de un deporte como la pelota vasca para contar la historia de tres mujeres que lucharon por superar los prejuicios y las limitaciones de los años 20 para romper moldes en un mundo monopolizado por los hombres. Con sus cositas, y su dosis de culebrón, aborda de frente cuestiones de género y también de libertad sexual en unos tiempos en los que había muchos muros que derribar en consecución de derechos.
Una serie sobre los salseos de la escuela de fútbol de un equipo de Primera División y el camino de la estrella de la cantera hasta el primer equipo parece todo lo que dos seriéfilos y futboleros como los aquí firmantes podían pedir a este 2024 en materia de ficción. Sin embargo, que La Academia recuerde tanto a La Masía no ha jugado a favor para el 50% de los autores de esta lista, a quien no ha hecho tanta gracia como a la otra mitad ese aura antimadridista que destila su protagonista. Chascarrillos aparte, esta serie juvenil estrenada en Prime Video y TV3 sigue la buena senda que con los años han ido abriendo en Catalunya en este género, combinando de manera entretenida el componente de drama adolescente con los conflictos deportivos que se viven de manera desigual en vestuarios masculinos y femenino, y así se retrata.
En un panorama de ficción cada vez más saturado de thrillers basados en novelas superventas y con historias y estructuras narrativas repetitivas, que haya propuestas que intenten dar una vuelta y aportar algo diferente siempre es un punto a favor. Ese tanto se lo apunta Segunda muerte, ficción de Movistar Plus+ que juega bien con el misterio y que sobresale por una subtrama familiar que se ve elevada por las interpretaciones de la dupla Georgina Amorós-Karra Elejalde. Sin reinventar nada, su evolución a partir del capítulo 3 y sus golpes de efecto dejan un buen sabor de boca tras su visionado.